miércoles, 17 de diciembre de 2014

Ayotzinapa y Tlatlaya Geopolítica, ocupación del país y Terrorismo de Estado

NOTA DEL BLOG:  ver el mapa original Interactivo con zoom en JOVENESEMERGENCIA
EL DOCUMENTO ES UN ANALISIS PROFUNDO Y DOCUMENTADO SOBRE LO QUE PUDIERA HABER REALMENTE ATRAS DE TODO LO QUE PASA EN MEXICO
HABLA DE LOS INTERESES EXTRANJEROS SOBRE EL CONTROL DE NUESTRO PAIS ..ABARCA DESDE CUESTIONES DE PARTIDO DEMOCRATA Y REPUBLICANO HASTA SITUACIONS YIHADISTAS ...DALE UNA LEIDA ESTÁ INTERESANTE AL MENOS PARA INCREMENTAR EL ACERVO CULTURAL .....
........PUES ESTAMOS CONCIENTES DE QUE NINGUNA DE LAS COSAS QUE SE COMENTAN PUEDE SER ARREGLADAS DESDE NUESTRA POBRE PERSPECTIVA DE "PULGA DE PERRO" (incluyo a los politicos mexicanos tambiéncomo pulgas de perro) ESTO ES ASUNTO DE PERROS Y ANIMALES MAS GRANDES que ni siquiera viven en MEXICO

Ayotzinapa y Tlatlaya. Geopolítica, ocupación del país y terrorismo de Estado


Primera parte. El rompecabezas


El 30 de junio de 2014, en Tlatlaya, Estado de México el Ejército Mexicano ejecutó a 22 personas. Algunas de ellas presentaban un “tiro de gracia”. Después de la masacre, los militares montaron una escena de un falso enfrentamiento, sembrando armas en los cuerpos abatidos. A pocos kilómetros de Tlatlaya, en Iguala, Guerrero, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre, policías municipales ejecutaron un operativo en contra de un grupo de estudiantes de la Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero. En el operativo asesinaron a tres de normalista, uno de los cuales fue cruelmente desollado. Asesinaron también a otras tres personas (no estudiantes) e hirieron a más de 20, una de las cuales sufrió muerte cerebral. Las fuerzas policiacas detuvieron y secuestraron a 43 estudiantes, quienes, a más de dos meses de los hechos, siguen sin ser presentados.
En Ayotzinapa y Tlatlaya se sintetiza la violencia sistemática del Estado hacia la población, la impunidad generalizada y el acumulado de agravios a los derechos de los pueblos. Pero de un modo más profundo ambos casos representan la dimensión de la ocupación neo-colonial de México y los rasgos más crudos de la dictadura cívico-militar y su estado de excepción permanente como único modo para sostenerse.
Con este material queremos contribuir a la reflexión de este momento tan complejo que estamos viviendo. Partimos de dar algunos elementos geopolíticos sobre el estado de Guerrero y su expresión espacial en el mapa. Después ahondaremos sobre algunos elementos sobre la crisis que actualmente vivimos a nivel nacional y su relación con las pugnas geopolíticas internacionales y en especial con las de Estados Unidos. Posteriormente planteamos algunas consideraciones sobre las protestas sociales y finalmente ahondamos sobre las posibles salidas desde los pueblos a esta crisis.
A pesar de su bajo aporte al Producto Interno Bruto nacional (PIB) -1.43% en 2011- y de ser uno de los tres estados más pobres del país, Guerrero tienen una gran importancia en términos geopolíticos. Es un estado de gran relevancia en cuanto a su biodiversidad, tan sólo después de Chiapas, Oaxaca y Veracruz. La mayor parte de su riqueza biológica se concentra en la región de La Montaña. La entidad cuenta también con importantes recursos hídricos, como lo son el Río Balsas, que corre a lo largo de la frontera con Michoacán. Este río es uno de los más extensos y caudalosos del país, siendo alimentado por los afluentes de diferentes estados. Gracias a este río es que existe la hidroeléctrica Infiernillo, en los límites de Guerrero y Michoacán, que es la segunda presa generadora de electricidad en el país. Cabe señalar que el agua es fundamental en la minería -en Guerrero- y metalurgia -en Michoacán- para la extracción y procesamiento de metales.
El puerto de Acapulco es uno de los principales puertos de toda la costa del Pacífico americano. En cuanto a población se refiere, no hay otro puerto en México del tamaño de Acapulco. Este puerto es además un importante centro turístico, dada la cercanía y vías rápidas de comunicación con la Ciudad de México. Desde Acapulco zarpan rumbo a Sudamérica y Asia buques de carga de automóviles provenientes de las plantas de ensamblaje ubicadas en Morelos (Nissan), Puebla (Volkswagen), Guanajuato (General Motors) y Estado de México (Chrysler, Freigth Liner, Mercedez Benz). Los destinos de Nissan corresponden principalmente a Centro y Sudamérica, mientras que a Japón, China, Singapur, Nueva Zelanda, Corea y Australia se envían las marcas Volkswagen, Mercedez Benz y Chrysler.
Este puerto es parte del corredor carretero interoceánico Acapulco-Veracruz que conecta a la corona regional de ciudades del centro de México con los principales puertos del Pacífico y el Atlántico en cuanto a exportación de vehículos automotores. A través de la red carretera se enlaza con el puerto de Lázaro Cárdenas al oeste y con el de Salina Cruz al este. Al norte conecta con Morelos y la Ciudad de México.
La entidad cuenta con un total de cinco puertos. En cuatro de ellos su actividad preponderante es la turística y en uno la pesquera. Los cinco se clasifican como puertos de altura, es decir, atienden embarcaciones, personas y bienes de navegación entre puertos o puntos nacionales e internacionales. Adicionalmente, el estado cuenta con dos aeropuertos internacionales y siete aeródromos.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Secretaría de Economía (SE) durante 2012, Guerrero ocupó el 27° lugar por el valor de sus exportaciones, las cuales alcanzaron un monto de 728 mdd, lo que representó el 0.2% a nivel nacional. Destacó como principal actividad la minería no petrolera (Minería de minerales metálicos y no metálicos, excepto petróleo y gas) con un valor en sus exportaciones de 723.4 mdd, lo que representó el 99.4% del total.
Guerrero forma parte de la principal franja de oro del país. Según el Sistema Integral de Administración Minera de la Secretaría de Economía en el estado actualmente existen 705 concesiones mineras vigentes que amparan una superficie de 1,317,452 hectáreas, equivalentes al 20.5% del total de su territorio. Del universo de concesiones en la entidad el 71% son de oro (505 concesiones), acumulando una superficie de 944,815 hectáreas.
Las empresas que más acaparan superficie concesionada para la actividad minera son Minera El Patrón, filial de la canadiense Osisko Gold Royalties Ltd; Exploraciones Mineras Parreña, filial de Industrias Peñoles; Minera Aurea, filial de la canadiense Aurea Minng Inc; Esperanza Silver de México, Minera Hochschild, entre otras.
Guerrero es uno de los estados marcados por las mayores injusticias. Tiene una profunda tradición de luchas y rebeliones populares, que se expresan hoy en el valioso aporte de las policías y guardias comunitarias, y por ende, también es una de las entidades donde más represión ha habido y en la que más masacres se han cometido. Fue en este estado donde la violencia de la Guerra Sucia acumuló cientos de desaparecidos, pueblos enteros exterminados y miles de asesinatos.
En Guerrero existen 1,188 núcleos agrarios, de los cuales 1,014 son ejidos y 174 son comunidades. Tiene una presencia indígena muy fuerte, en especial de mixtecos, amuzgos, tlapanecos y nahuas. Con base en la profunda historia indígena presente en la entidad se han desarrollado organizaciones comunitarias de suma fortaleza, que se han enfrentado a lo largo de los años a uno de los sistemas caciquiles más violentos e impunes del país. Antes de Ayotzinapa, los crímenes recientes contra grupos sociales que se han documentado en Guerrero son la Masacre de Aguas Blancas en 1995 (17 muertos), la matanza de El Charco en 1998 (11 muertos) y el asesinato de dos estudiantes de Ayotzinapa el 12 de diciembre de 2011 en Chilpancingo.
En la entidad se reporta la presencia de al menos ocho grupos armados de carácter popular y que se definen como revolucionarios. [1]
Guerrero es uno de los estados con mayor presencia de grupos paramilitares y caciquiles. El dominio de la entidad, hasta la actualidad, ha sido hegemonizado por la familia Figueroa, que en los últimos años se ha enfrentado constantemente al gobierno de Ángel Aguirre Rivero, generando situaciones de inestabilidad para golpearle políticamente. En la entidad se registran altos índices de violencia. Acapulco lleva más de cinco años considerada como una de las diez ciudades más violentas del mundo. Guerrero tiene una importante presencia de cárteles del narcotráfico, debido a que es la principal entidadproductora de amapola en el país.
El estado ha sido un “refugio” de acaudalados políticos y criminales, que se han apoderado de las zonas costeras menos pobladas, expulsando a los habitantes originarios. Tal es el caso de la zona Diamante de Acapulco, cuya edificación avanzó mediante el desalojo de pueblos y el acaparamiento de tierras por Diego Fernández de Cevallos, entre otros criminales “de cuello blanco”.
Guerrero es, en síntesis, un estado de suma importancia para los intereses de los sectores dominantes del país. Lo que acontece en la entidad está definido por los intereses económicos que allí se disputan y por las posiciones de la oligarquía sobre cómo enfrentar la resistencia de los sectores populares, que de manera constante intentan hacerles freno. Hay que tener presentes estos elementos para analizar el crimen de Iguala.
Sobre Iguala
Iguala es una de las ciudades más importantes de Guerrero (a 178 km de Tlatlaya y 250 de Ayotzinapa). Cuenta con un delegado permanente de Gobernación, otro del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), una delegación de la Procuraduría General de la República (PGR), una delegación de la Policía Federal y la base del batallón de infantería número 27, que depende de la 35 Zona Militar. Este batallón tiene asignados 600 efectivos militares, que son además integrantes del Tercer Batallón (unidad de fuerzas especiales a cargo, entre otras actividades, de las tareas de inteligencia). Cabe decir que este batallón se instaló en los años 70 para combatir al Partido de los Pobres fundado por Lucio Cabañas y aniquilar a los pueblos insurrectos.
Iguala es la tercera ciudad más poblada de Guerrero y es la urbe más cercana a la Ciudad de México, Morelos y Estado de México. Es el principal punto de conexiónentre el norte del estado, la región de Tierra Caliente y la región centro de esa misma entidad.
A tan sólo una hora de Iguala, entre los pueblos de Mezcala y Carrizalillo, se encuentra la mina de oro más importante de Latinoamérica, de la que se pretende extraer más de 60 millones de toneladas del metal áureo. [2]
En la región de Iguala se produce cerca del 98% de la amapola mexicana. Se siembra principalmente en Teloloapan, Coyuca, Arcelia, Pungarabato, Cuetzala, Totolapa y se recolecta en Iguala. [3]
Iguala no sólo es la ciudad de un alcalde coludido con el narco. No es una pequeña “ranchería” que salió del control del Estado. Es una de las ciudades más importantes de Guerrero y lo que ahí acontece está determinado, en parte, por el conjunto de actores políticos y militares que operan en la zona para sostener la vida económica -legal e ilegal- de esta importante región, no sólo para la entidad, sino para el comercio mundial.
[1] Según The Mexican Monitor los grupos son: Ejército Popular Revolucionario (EPR), Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos, Movimiento Armado Revolucionario Ricardo Flores Magón, Milicias Insurgentes Ricardo Flores Magón (MIRFM), Ejército Revolucionario de Insurgencia Popular (ERIP), Ejército Popular Magonista de Liberación Nacional (EPM-LN), Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP) [http://themexicomonitor.com/].
[3] (Ver informe de Obama citado más adelante).
El suelo sobre el que acontecieron los crímenes de Tlatlaya e Iguala es el de un país que atraviesa una crisis general. El complejo sistema de dominación que ha logrado imponer presidentes por la vía de golpes de estado “técnicos” atraviesa una crisis de legalidad y de legitimidad, no sólo de sus actores políticos sino del conjunto de formas y aparatos que sostienen el modelo imperante. Se trata de una crisis del régimen en su conjunto y no sólo del presidente. Sus márgenes para recuperarse son limitados. No sólo por la torpeza gubernamental, sino por el desgaste de las instituciones, las pugnas inter-oligárquicas en curso y las dificultades para superar el estancamiento económico.
La imposición de Peña Nieto fue una jugada mayor de los intereses geopolíticos dominantes sobre México. Se trató de un avance en el control del país por Estados Unidos y sus fuerzas aliadas que vieron como innegociable e impostergable avanzar en el desmantelamiento total del cuerpo Constitucional para consumar el saqueo de bienes y recursos que les resultan necesarios para su sostenimiento como bloque y para hacerle frente a la expansión del bloque China-Rusia.
Por su parte, la oligarquía y los partidos que operan para ella se plegaron al plan injerencista, aunque con algunas fricciones. Su primera hoja de ruta fue el Pacto por México, lo cumplieron como se les indicó. [4] Se reformó primero la Ley Federal del Trabajo (aún en el gobierno de Calderón), luego se implementaron las reformas educativas, fiscal, de telecomunicaciones, entre otras, para avanzar en la liquidación de los restos que aún se sostenían del carácter social del Constituyente de 1917. Luego vino la consumación de la reforma energética, que terminó con los escasos candados que le conferían un carácter nacional no sólo a los hidrocarburos sino al subsuelo y suelo patrio, que resultó aún más entreguista con las leyes secundarias que le acompañaron y que vino en conjunto con una ley minera y diversas modificaciones agrarias para permitir la ocupación temporal de tierras ejidales, comunales y privadas. Otra arista de la ocupación necolonial -ligada a la reforma laboral- es la apuesta de alcanzar el “Mexican Moment” por medio de la atracción de la inversión extranjera directa para hacer del país un paraíso maquilador con los niveles salariales más bajos del mundo, aprovechando -especialmente- “la oportunidad histórica” que les da el tener el máximo histórico de población joven ofrecida como “bono demográfico” en el mercado mundial.
Luego de que se aprobó la reforma energética, algunos aventureros editorialistas llegaron a decir que con esta reforma se terminaba el ciclo de privatizaciones. Lamentablemente mucha gente lo repitió y creyó. La entrega del país no terminó, sino que entró en una nueva fase, aún más agresiva y de la que los sucesos violentos de los últimos meses son apenas una muestra de lo que está por venir. Dice John Saxe-Fernández -en ese mismo sentido- que la ruta del terrorismo de Estado no es nueva pero desde Ayotzinapa dio un salto al abismo. [5] Además, hay que tener en cuenta que una vez aprobadas las nuevas desnacionalizaciones, no sólo se cedió la riqueza sino que se entregó un poder inusual para que los actores externos (imperialistas) definan más que los internos el acontecer del país y que seamos -los que habitamos el país y quienes tienen que atravesar el territorio nacional como las y los migrantes centroamericanos- más vulnerables a ser víctimas de los intereses y las pugnas de las grandes potencias.
A pesar de que consiguieron imponer el paquete de privatizaciones más ambicioso desde Zedillo, su legitimidad, al igual que la economía, viene en picada. La caída de los precios del petróleo los mete en grandes aprietos. Incluso las medidas para “sanar” la imagen del gobierno, tras Ayotzinapa, no han funcionado; sus medidas de respuesta a la crisis son irrisorias, su imagen día a día se desgasta más, mientras se muestra el lado rabioso de un presidente a la defensiva. Las pugnas inter oligárquicas se asoman en el enfoque que los medios le han dado a las protestas por el crimen de Ayotzinapa y por las filtraciones por medio de un sitio web no especializado en noticias del caso Tlatlaya (vice.com); por la “Casa Blanca” de la “primera dama”; y por la “sospechosa” licitación en la construcción del tren del Bajío en la que sólo hubo un postor y que, dadas las presiones, tuvo que ser revocada.
La legitimidad de los partidos políticos se derrumbó por completo. Incluso la de los de reciente creación, en especial de Morena, que con la suma de los ataques en su contra y la política de López Obrador -reiteradamente errónea y centrada en su ego- no lograron remontar los señalamientos por la relación del hasta entonces posible candidato de ese partido al gobierno de Guerrero, Lázaro Mazón, con el ex edil de Iguala.
El ejército ha sido sumamente cuestionado. Se alcanzan a percibir fracturas y pugnas por las sanciones en contra de los militares responsables de la masacre de Iguala. La cancelación del desfile militar del 20 de noviembre quizás se debió a una presión del Ejército para no arriesgarse a ser cuestionado por posibles protestas. Las filtraciones sobre la presencia de militares norteamericanos en operaciones de la Marina también constituye un enorme golpe de legitimidad y pone en cuestión la soberanía de la cuál se ufanan los militares. Los cambios en altos mandos del ejército que recién anunció Peña Nieto dan pistas sobre las diferencias en ese sector; así como de las críticas al interior de este cuerpo, por parte del general en retiro Jorge Carrillo Olea. [6]
Sin embargo, es importante resaltar que a pesar de las pugnas, los oligarcas lograron -de común acuerdo- cancelar la posibilidad de consulta y otros mecanismos políticos que se prometían como progresos democráticos y cerraron filas al avanzar en su sueño de prohibir las protestas. Los partidos de oposición contribuyen a simular una democracia, “impugnando” y “denunciando” el autoritarismo, pero son parte de sus principales ejecutores.
En medio de la crisis le apuestan a profundizar la violencia, y empiezan a hablar de sectores que se oponen al bien de México, como les dice el guión escrito en Washington, sobre la creación de un “enemigo interno” para sostener su estado terrorista (actualmente en México se habla de “narcos”, “anarquistas”, “encapuchados”). Siguen en la vía de crear provocaciones—represión en las protestas, como los del 20 de noviembre y 1 de diciembre, al mismo tiempo que golpean “sin ton ni son” a distintos actores. El escarmiento es generalizado no sólo por torpeza de los mandos militares, sino porque en la fase de represión que desarrollan es fundamental golpear indistintamente, no focalizarla sobre un sólo grupo, hacerla extensiva a toda la población para genera terror y fomentar las salidas inmediatistas de grupos “radicales” para crear el consenso en la violencia de Estado como única salida y abortar los procesos sociales profundos (realmente radicales) que pueden convertirse en proyectos de poder antagónicos al suyo.
Ayotzinapa destapó la cloaca. Es posible -así lo han expuesto ya algunas posiciones- que el crimen de Iguala se haya cometido para ocultar el otro crimen de Estado previo [7], el de Tlatlaya. Si fue así, se les salió de control. El conflicto que surgió en esos días en torno a Politécnico fue otra de sus apuestas para ocultar los crímenes previos: no las ocultaron y apostaron al montaje mediático de “diálogo fresco” de Osorio Chong para que el movimiento quedara ahí. A la fecha el conflicto del Politécnico se sostiene y el darle luz a esta lucha para opacar la de Iguala les resultó contraproducente, la masividad de las protestas politécnicas despertó la esperanza y confianza en la gente para tomar las calles. Ahora no tienen cómo parar el descontento. Le apuestan al desgaste, a las provocaciones y su consecuente violencia para imponer el orden, pero sus márgenes de acción son sumamente delicados y de modo inédito crecen las posibilidades de que sujetos populares y ciudadanos puedan posicionarse para luego conducir un proceso de rebelión mayor que rompa, en primer lugar, con los actores liberales que hasta ahora han conducido y neutralizado la inconformidad ciudadana, y, en segundo lugar, avancen en construir un proyecto propio que eche abajo al régimen.
[4] How Mexico ended political gridlock”, The Wall Street Journal, 15 de agosto de 2013 [http://online.wsj.com/articles/SB10001424127887323664204578607713224531972]
[5] John Saxe-Fernandez, “Ayotzinapa: salto al abismo”, La Jornada. 27 de noviembre de 2014. http://www.jornada.unam.mx/2014/11/27/opinion/030a1eco
[6] En especial su más reciente artículo de opinión “Un presidente enojado”, La Jornada, 5 de diciembre de 2014.
[7] Carlos Fazio ha expuesto esta hipótesis. También la Constituyente Ciudadana en su posicionamiento público -el primero- que puso en el centro la demanda de salida de Peña Nieto.
A partir del 11 de septiembre de 2001 Estados Unidos (EE.UU.) desató un nuevo esquema de seguridad hemisférica. Bajo este esquema, todo lo que ocurra en México se atiende como un asunto de seguridad del suelo patrio (Homeland Security). Nuestro país se considera la contiguous defense zone. [8] Desde entonces, a través de distintos mecanismos, acuerdos y tratados se entregó por completo la soberanía política del país. Entre estos tratados está el ASPAN (2005); la Iniciativa Mérida (2008) -que debe entenderse como la aplicación del Plan Colombia a la mexicana -; un Memorándum de Cooperación para prevenir el incremento de la violencia fronteriza, mejorar la seguridad pública bilateral y fortalecer la cooperación conjunta (2013); el Programa Frontera Sur, entre otros.
Al incorporar a México en el perímetro de seguridad del suelo patrio se vulnera la soberanía y la función de defensa nacional mexicana. La meta central del Comando Norte de Estados Unidos es (textual): “adiestrar las fuerzas armadas de México en áreas específicas, necesarias … para transformar a los militares (mexicanos) de una fuerza convencional diseñada para combatir amenazas externas, a un ejército que tiene que enfrentar una guerra irregular donde el enemigo vive entre civiles (sic) (figura del enemigo interno)”. [9] De la “ocupación pacífica” [10] -con la que se operó por cerca de 50 años de violencia contra la población- se pasó a una ocupación directa, una nueva ofensiva imperial que amenaza con hacerse aún más cruda con el pretexto de que vivimos un “Estado fallido”. Altos mandos militares de EE.UU. han declarado que existe “la posibilidad de que en los próximos 25 años, el Estado mexicano ‘se derrumbe´”. [11] Luego de que ellos mismos orquestaron el desmantelamiento de la Constitución y han socavado la soberanía nacional, lanzan su estrategia de propaganda político-militar, anunciando una guerra civil de larga duración hacia el finiquito-balcanización de México, rico en recursos humanos y materiales, como parte del estado de guerra (antiterrorista), sin límite temporal o territorial, que lanzó EE.UU. desde fines de 2001. [12]
Con la nueva doctrina de seguridad y basados en la experiencia (contrainsurgente) adquirida en Afganistán e Irak, el NorthCom declara -al respecto de la estrategia de seguridad impuesta en nuestro país: “[...] trabajamos con las fuerzas armadas de México enfrentándolos con la idea de que el enemigo vive entre civiles y no es un enemigo externo al país, como tradicionalmente se ha formado al ejército y armada”. Por ende, la tarea central consiste en “adiestrar las fuerzas armadas de México en áreas específicas, necesarias [...] para transformar a los militares (mexicanos) de una fuerza convencional, diseñada para combatir amenazas externas, a un ejército que tiene que enfrentar una guerra irregular donde el enemigo vive entre civiles”. [13]
Como parte de esta guerra, el pasado 10 de septiembre Francis Taylor, Secretario de Inteligencia y Análisis del Departamento de Seguridad del Suelo Patrio, anunció que ISIL (Estado Islámico) podría invadir Estados Unidos a través de México, y que posiblemente los cárteles de la droga podrían facilitar la entrada de “yihadistas”. [14] Tras este anuncio los republicanos se lanzaron contra Obama acusándolo por alentar a que los inmigrantes estén cruzando la frontera al no imponer medidas militares más drásticas.
Acto seguido, el 13 de septiembre sale a la luz en The New York Times una crónica sobre una reunión a puerta cerrada en la Casa Blanca momentos antes de que se lanzara públicamente la intensa campaña militar contra ISIL. En la crónica (anónima) de esa reunión refieren a que Obama dijo, como una mofa contra el argumento de Valdimir Putin de “invadir Ucrania para defender a los rusoparlantes” que esto equivale a decir que “Estados Unidos debe intervenir en México para asegurar los enclaves Americanos”. A esto le siguió una pregunta dirigida a Obama, sobre si con eso estaba anunciando planes para invadir México, el presidente del país más poderoso del mundo se rió y dijo: “No, Canadá, porque tiene más petróleo.” [15]
El 14 de septiembre Obama entregó al Congreso de ese país un informe en que alertaba sobre el aumento en el tráfico de drogas ilícitas. [16] En el texto se apunta a México como el principal abastecedor de derivados de opio y amapola y dijo que en sólo cuatro años los decomisos de heroína en la frontera con nuestro país habían aumentado en 324%. Como ya hemos dicho, al referirse a estos datos, Obama se estaba refiriendo a la región de Iguala (que produce el 98% de la droga a la que se refiere Obama “preocupado”) [17], donde 12 días más tarde serían atacados los estudiantes de Ayotzinapa por un comando de narcotraficantes del Cártel “Guerreros Unidos”, que está en pugna con el cártel de “Los Rojos”(según la primera versión oficial).
El 10 de octubre, a trece días de la desaparición de los 43 normalistas, William Brownfield, secretario asistente de Estado de EE. UU. recomendó a México “... mantener las políticas antinarcóticos actuales... el camino es largo, cosa de décadas, generaciones.” [18]
El martes 4 de noviembre se dieron a conocer los resultados de las elecciones de Senadores y Diputados en Estados Unidos. Los republicanos ganaron mayoría en el senado y ganaron muchos espacios en la cámara de diputados. Se trata del mayor triunfo de este bloque desde la llegada al poder de Obama, lo cual anuncia que las iniciativas del presidente se verán condicionadas por acuerdos y cesiones, sobre todo en lo que tiene que ver con política social y política exterior (invasiones y guerras).
A 20 días de las elecciones, el secretario de defensa Chuck Hagel renunció a su cargo. Se explica en medios que se debe a una estrategia de Obama por recuperar su popularidad, a raíz de los fracasos político militares en Ucrania. La corresponsal de CNN en el Pentágono, Barbara Starr, insiste en que fue una renuncia obligada. Hagel se había comportado con reserva sobre las políticas contra ISIL y la operación militar yanqui en Siria. Según Leonid Ivashov, experto en estudios militares de Rusia, es posible que la renuncia responda a un giro belicista pactado entre los bloques Republicano y Demócrata. [19]
El 11 de noviembre, en la página web de la fuerza de ultraderecha Tea Party, se publicó que en los últimos días se habían detectado movimientos “sospechosos de terrorismo” en la frontera con México y que a unos cuantos metros del puente fronterizo de Arizona se encontraron explosivos.
El 25 de noviembre, siete senadores demócratas y siete republicanos enviaron carta a John Kerry para solicitarle que Obama “haga lo que sea necesario para que se aplique la justicia” en el caso Ayotzinapa. [20]
Luego de anunciar la inestabilidad permanente en México, la propaganda militar estadounidense aprovecha la crisis, presionando por el caso Ayoztinapa, para un mayor control del país. En medio de la caída de precios del petróleo; de la incapacidad -hasta ahora- de imponer el Transatlantic Trade and Investment Parternship (TTIP) y el Transpacific Parternship (TPP); de la disputa con Rusia, potencia que no puede doblegar, ni replegarla de la región de Ucrania; de la resistencia kurda, palestina y afgana -acérrima enemiga del imperialismo- que avanza a pesar del terror de ISIL y Al Qaeda; de los fracasos en América Latina (han perdido sus opciones desestabilizadoras en Venezuela y Bolivia, incluso en Colombia, donde a pesar de los choques el presidente Santos sostiene los diálogos de paz con las FARC-EP poniendo orden en las filas militares); de las presiones de potencias económicas por recuperar sus reservas oro hoy guardadas en el Departamento del Tesoro; de la caída de la burbuja del gas y petróleo shale en su territorio; y de las protestas populares tras el asesinato de un joven afroamericano en Ferguson, Missouri, los intereses y grupos internos que sostienen el imperio norteamericano parecen estallar en contradicciones que, sin poner en duda el rol de colonia o protectorado que trazan sobre México, refuerzan la invasión en curso sobre el país y usan la inestabilidad política para golpearse entre ellos y negociar la radicalización de la injerencia.
Siguiendo lo anterior, es posible que los actos militares en Tlatlaya y Ayotzinapa (asumiendo que el batallón de Iguala actuó, al menos, permitiendo el crimen) fueron ejecutados por tropas bajo influencia de mandos norteamericanos. O al menos de esos crímenes se ha sacado provecho en las pugnas entre Obama y el grupo de los Bush, este último histórico aliado del grupo Atlacomulco, para golpear al gobierno de México o algunos de sus actores políticos y justificar más la injerencia militar yanqui. Como ya se dijo, la nota que “destapó” el crimen del ejército en Tlatlaya se hizo a 17 días del crimen desde un medio poco usual para estas notas: Vice (vice.com) [21], un sitio de contenido multimedia para jóvenes de origen estadounidense, asociado a Slim y otros medios liberales en el mundo [22]. Posteriormente, medios que usualmente protegían a Peña Nieto y lo presentaba como “el salvador de México” lo atacan, y unos hasta sugieren que las protestas pueden llevar a su caída. [23] Hasta la revista para inversionistas, Forbes, dedicó un artículo resaltando el aporte de la normal de Ayotzinapa. [24] Se suman a esto las filtraciones por la corrupción en la licitación del Tren rápido Querétaro-DF y respecto a la suntuosa mansión de Angélica Rivera, que van en la misma tónica (¡Ciro Gómez Leyva elogió el trabajo de periodismo de Aristegui en torno a esto en su programa de Milenio el 18 de noviembre!). The New York Times, The Wall Street Journal, The Economist, LA Times y The Guardian (este último de Inglaterra) son de los principales medios que hoy atacan al gobierno mexicano. The Financial Times habló así del gobierno de EPN: “el mismo México de siempre, el México viejo donde las autoridades locales son ineptas, corruptas, o están en convivencia con el crimen organizado, donde la vida es barata y la justicia difícil de alcanzar” [25], The Economist criticó las débiles medidas tomada por Peña Nieto y dice que ha perdido el rumbo. [26] The Wall Street Journal reveló que un cuerpo de alguaciles opera en México con uniformes de la Marina y con armas locales. [27]
Sin embargo, a pesar de esos golpes, el gobierno de México, uno de los países que más gasta en lavado de imagen a nivel mundial, [28] en lo que respecta a diplomacia efectiva, no ha perdido nada. Los gobiernos del mundo, en especial de la Unión Europea, al referirse a la crisis que vivimos, se plegaron al guión escrito por la Secretaría de Relaciones Exteriores. Y por su parte, el Banco Mundial anunció un préstamo de 350 millones de dólares para el programa Prospera (antes Oportunidades). [29]
La recientes medidas anunciadas por Peña Nieto, como la inversión en infraestructura en el sureste y en especial en Guerrero, el Istmo y Chiapas, la centralización de los mandos policiacos militares, la construcción de una base militar en Teloloapan y el endurecimiento de la represión se apegan a los dictados de Washington.
Sin duda, aunque le estalló a Peña Nieto una crisis a tan sólo dos años de su gobierno, en ese periodo logró consumar un programa de desnacionalizaciones sumamente ambicioso, quizás sólo comparable al de Ernesto Zedillo, en el que ocurrieron las masacres de Aguas Blancas, Acteal, El Charco, El Bosque y Los Plátanos. Así, quizás habría que pensar el binomio desnacionalización-masacres para poder comprender los sucesos de Tlatlaya e Iguala. En ese sentido, Sergio González Rodríguez (premio Anagrama de Ensayo) dice en su libro Campo de guerra, que el surgimiento del paramilitarismo podría considerarse una derivación informal de la Iniciativa Mérida [30] y que: “La meta es acrecentar la inestabilidad en México -se explica en Campo de guerra-, para imponer el Estado “fuerte” y la misión de que México actúe como gendarme de la región al sur de Estados Unidos, Centroamérica y el Caribe. El país del norte requiere que México provea la mano de obra más barata del mundo para su industria maquiladora: la mayoría de las exportaciones son para el mercado estadounidense y millones de mexicanos trabajan allá. El caos, el desastre educativo y la imposición de la barbarie (armas, droga, violencia, explotación masiva) terminan por ser redituables dentro de la geometría asimétrica de México con sus vecinos del norte. La ilegalidad es un gran negocio global. Estados Unidos lo patrocina con la máquina de guerra como plataforma económica: la urdimbre turbia”. [31]
Incluso, es posible que en los altos mandos del Imperio ya se esté discutiendo la posible caída de Peña Nieto. Y no cejan en buscar utilizar perversamente la inconformidad popular en un sentido injerencista, ya sea para detonar una rebelión a modo (como las revoluciones de colores, las iniciativas de Gene Sharp o las rebeliones en Medio Oriente) o, en otro sentido, fomenten un choque y alzamiento popular a fin de resolver las tensiones por la vía de la represión descarnada y de un baño de sangre ejemplar y/o permanente.
 
[8] En especial la zona norte que también es llamada el soft belly de su país. Jorge Carrillo Olea (2014). “El suave vientre mexicano”. La Jornada. México. 2 de septiembre de 2014.
[9] John Saxe-Fernandez, “México en riesgo”, La Jornada. México, 16 de octubre de 2014. [http://www.jornada.unam.mx/2014/10/16/opinion/028a1eco]
[10] Denunciada por José Luis Ceceña en México en la órbita imperial. México, El caballito, 1970.
[11] El Universal, 24/1/09. Se indica que los escenarios del Comando de Fuerzas Conjuntas del DoD, ubican a México “en el contexto mundial de los estados débiles, cuyo fracaso puede presentar ‘desafíos muy serios’ a los planificadores estratégicos y operacionales de la fuerza militar de EU” (ibíd.) [John Saxe-Fernandez, “El silencio del Pentágono”, La Jornada, México, 29 de Enero de 2009].
[12] John Saxe-Fernandez, “México en riesgo”,op.cit.
[13] Ibíd
[17] Enrique Krauze cita también este dato vertido por Obama en su texto “Mexico´s barbarous tragedy” en The New York Times [http://www.nytimes.com/2014/11/10/opinion/enrique-krauze-mexicos-barbarous-tragedy.html].
[18] John Saxe-Fernandez, “México en riesgo”, op.cit.
[20] La iniciativa fue del senador Robert Menendez, uno de los posibles candidatos republicanos a competir con Hillary Clinton la Presidencia de EE.UU.http://www.proceso.com.mx/?p=388950
[28] Tan sólo en 2013 la presidencia de la República gastó 10 millones 386 825 dólares en 2013 en cabildeo y promoción turística, colocándose en el quinto país que más gasto, sólo por debajo de los Emiratos Árabes Unidos, Alemania, Canadá y Arabia Saudita. Dolia Estévez, “Gobierno de EPN gastó 10.3 mdd en 2013 en ‘lobbying’”, 16 de mayo de 2014. Disponible en: http://goo.gl/PRqyVX
[31] Ibíd.
En la segunda parte de este texto La resistencia y las alternativas desde los pueblos profundizaremos sobre los retos que abre este escenario tan complejo. Partimos de asumir que aunque cuentan con una poderosísima fuerza, los sectores dominantes sólo escriben una parte de la historia, la otra parte, la que corresponde a los pueblos es de la que hablaremos en la segunda parte, y sin la cual, el momento actual sólo podría ser el de un horror sin fin.
Ayotzinapa y Tlatlaya: Geopolítica, ocupación del país y Terrorismo de Estado

Ayotzinapa y Tlatlaya Geopolítica, ocupación del país y Terrorismo de Estado (PARTE I)

Primera parte El rompecabezas

El 30 de junio de 2014, en Tlatlaya, Estado de México el Ejército Mexicano ejecutó a 22 personas. Algunas de ellas presentaban un “tiro de gracia”. Después de la masacre, los militares montaron una escena de un falso enfrentamiento, sembrando armas en los cuerpos abatidos. A pocos kilómetros de Tlatlaya, en Iguala, Guerrero, la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre, policías municipales ejecutaron un operativo en contra de un grupo de estudiantes de la Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero. En el operativo asesinaron a tres de normalista, uno de los cuales fue cruelmente desollado. Asesinaron también a otras tres personas (no estudiantes) e hirieron a más de 20, una de las cuales sufrió muerte cerebral. Las fuerzas policiacas detuvieron y secuestraron a 43 estudiantes, quienes, a más de dos meses de los hechos, siguen sin ser presentados.
En Ayotzinapa y Tlatlaya se sintetiza la violencia sistemática del Estado hacia la población, la impunidad generalizada y el acumulado de agravios a los derechos de los pueblos. Pero de un modo más profundo ambos casos representan la dimensión de la ocupación neo-colonial de México y los rasgos más crudos de la dictadura cívico-militar y su estado de excepción permanente como único modo para sostenerse.
Con este material queremos contribuir a la reflexión de este momento tan complejo que estamos viviendo. Partimos de dar algunos elementos geopolíticos sobre el estado de Guerrero y su expresión espacial en el mapa. Después ahondaremos sobre algunos elementos sobre la crisis que actualmente vivimos a nivel nacional y su relación con las pugnas geopolíticas internacionales y en especial con las de Estados Unidos. Posteriormente planteamos algunas consideraciones sobre las protestas sociales y finalmente ahondamos sobre las posibles salidas desde los pueblos a esta crisis.
A pesar de su bajo aporte al Producto Interno Bruto nacional (PIB) -1.43% en 2011- y de ser uno de los tres estados más pobres del país, Guerrero tienen una gran importancia en términos geopolíticos. Es un estado de gran relevancia en cuanto a su biodiversidad, tan sólo después de Chiapas, Oaxaca y Veracruz. La mayor parte de su riqueza biológica se concentra en la región de La Montaña. La entidad cuenta también con importantes recursos hídricos, como lo son el Río Balsas, que corre a lo largo de la frontera con Michoacán. Este río es uno de los más extensos y caudalosos del país, siendo alimentado por los afluentes de diferentes estados. Gracias a este río es que existe la hidroeléctrica Infiernillo, en los límites de Guerrero y Michoacán, que es la segunda presa generadora de electricidad en el país. Cabe señalar que el agua es fundamental en la minería -en Guerrero- y metalurgia -en Michoacán- para la extracción y procesamiento de metales.
El puerto de Acapulco es uno de los principales puertos de toda la costa del Pacífico americano. En cuanto a población se refiere, no hay otro puerto en México del tamaño de Acapulco. Este puerto es además un importante centro turístico, dada la cercanía y vías rápidas de comunicación con la Ciudad de México. Desde Acapulco zarpan rumbo a Sudamérica y Asia buques de carga de automóviles provenientes de las plantas de ensamblaje ubicadas en Morelos (Nissan), Puebla (Volkswagen), Guanajuato (General Motors) y Estado de México (Chrysler, Freigth Liner, Mercedez Benz). Los destinos de Nissan corresponden principalmente a Centro y Sudamérica, mientras que a Japón, China, Singapur, Nueva Zelanda, Corea y Australia se envían las marcas Volkswagen, Mercedez Benz y Chrysler.
Este puerto es parte del corredor carretero interoceánico Acapulco-Veracruz que conecta a la corona regional de ciudades del centro de México con los principales puertos del Pacífico y el Atlántico en cuanto a exportación de vehículos automotores. A través de la red carretera se enlaza con el puerto de Lázaro Cárdenas al oeste y con el de Salina Cruz al este. Al norte conecta con Morelos y la Ciudad de México.
La entidad cuenta con un total de cinco puertos. En cuatro de ellos su actividad preponderante es la turística y en uno la pesquera. Los cinco se clasifican como puertos de altura, es decir, atienden embarcaciones, personas y bienes de navegación entre puertos o puntos nacionales e internacionales. Adicionalmente, el estado cuenta con dos aeropuertos internacionales y siete aeródromos.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Secretaría de Economía (SE) durante 2012, Guerrero ocupó el 27° lugar por el valor de sus exportaciones, las cuales alcanzaron un monto de 728 mdd, lo que representó el 0.2% a nivel nacional. Destacó como principal actividad la minería no petrolera (Minería de minerales metálicos y no metálicos, excepto petróleo y gas) con un valor en sus exportaciones de 723.4 mdd, lo que representó el 99.4% del total.
Guerrero forma parte de la principal franja de oro del país. Según el Sistema Integral de Administración Minera de la Secretaría de Economía en el estado actualmente existen 705 concesiones mineras vigentes que amparan una superficie de 1,317,452 hectáreas, equivalentes al 20.5% del total de su territorio. Del universo de concesiones en la entidad el 71% son de oro (505 concesiones), acumulando una superficie de 944,815 hectáreas.
Las empresas que más acaparan superficie concesionada para la actividad minera son Minera El Patrón, filial de la canadiense Osisko Gold Royalties Ltd; Exploraciones Mineras Parreña, filial de Industrias Peñoles; Minera Aurea, filial de la canadiense Aurea Minng Inc; Esperanza Silver de México, Minera Hochschild, entre otras.
Guerrero es uno de los estados marcados por las mayores injusticias. Tiene una profunda tradición de luchas y rebeliones populares, que se expresan hoy en el valioso aporte de las policías y guardias comunitarias, y por ende, también es una de las entidades donde más represión ha habido y en la que más masacres se han cometido. Fue en este estado donde la violencia de la Guerra Sucia acumuló cientos de desaparecidos, pueblos enteros exterminados y miles de asesinatos.
En Guerrero existen 1,188 núcleos agrarios, de los cuales 1,014 son ejidos y 174 son comunidades. Tiene una presencia indígena muy fuerte, en especial de mixtecos, amuzgos, tlapanecos y nahuas. Con base en la profunda historia indígena presente en la entidad se han desarrollado organizaciones comunitarias de suma fortaleza, que se han enfrentado a lo largo de los años a uno de los sistemas caciquiles más violentos e impunes del país. Antes de Ayotzinapa, los crímenes recientes contra grupos sociales que se han documentado en Guerrero son la Masacre de Aguas Blancas en 1995 (17 muertos), la matanza de El Charco en 1998 (11 muertos) y el asesinato de dos estudiantes de Ayotzinapa el 12 de diciembre de 2011 en Chilpancingo.
En la entidad se reporta la presencia de al menos ocho grupos armados de carácter popular y que se definen como revolucionarios. [1]
Guerrero es uno de los estados con mayor presencia de grupos paramilitares y caciquiles. El dominio de la entidad, hasta la actualidad, ha sido hegemonizado por la familia Figueroa, que en los últimos años se ha enfrentado constantemente al gobierno de Ángel Aguirre Rivero, generando situaciones de inestabilidad para golpearle políticamente. En la entidad se registran altos índices de violencia. Acapulco lleva más de cinco años considerada como una de las diez ciudades más violentas del mundo. Guerrero tiene una importante presencia de cárteles del narcotráfico, debido a que es la principal entidadproductora de amapola en el país.
El estado ha sido un “refugio” de acaudalados políticos y criminales, que se han apoderado de las zonas costeras menos pobladas, expulsando a los habitantes originarios. Tal es el caso de la zona Diamante de Acapulco, cuya edificación avanzó mediante el desalojo de pueblos y el acaparamiento de tierras por Diego Fernández de Cevallos, entre otros criminales “de cuello blanco”.
Guerrero es, en síntesis, un estado de suma importancia para los intereses de los sectores dominantes del país. Lo que acontece en la entidad está definido por los intereses económicos que allí se disputan y por las posiciones de la oligarquía sobre cómo enfrentar la resistencia de los sectores populares, que de manera constante intentan hacerles freno. Hay que tener presentes estos elementos para analizar el crimen de Iguala.
Sobre Iguala
Iguala es una de las ciudades más importantes de Guerrero (a 178 km de Tlatlaya y 250 de Ayotzinapa). Cuenta con un delegado permanente de Gobernación, otro del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), una delegación de la Procuraduría General de la República (PGR), una delegación de la Policía Federal y la base del batallón de infantería número 27, que depende de la 35 Zona Militar. Este batallón tiene asignados 600 efectivos militares, que son además integrantes del Tercer Batallón (unidad de fuerzas especiales a cargo, entre otras actividades, de las tareas de inteligencia). Cabe decir que este batallón se instaló en los años 70 para combatir al Partido de los Pobres fundado por Lucio Cabañas y aniquilar a los pueblos insurrectos.
Iguala es la tercera ciudad más poblada de Guerrero y es la urbe más cercana a la Ciudad de México, Morelos y Estado de México. Es el principal punto de conexiónentre el norte del estado, la región de Tierra Caliente y la región centro de esa misma entidad.
A tan sólo una hora de Iguala, entre los pueblos de Mezcala y Carrizalillo, se encuentra la mina de oro más importante de Latinoamérica, de la que se pretende extraer más de 60 millones de toneladas del metal áureo. [2]
En la región de Iguala se produce cerca del 98% de la amapola mexicana. Se siembra principalmente en Teloloapan, Coyuca, Arcelia, Pungarabato, Cuetzala, Totolapa y se recolecta en Iguala. [3]
Iguala no sólo es la ciudad de un alcalde coludido con el narco. No es una pequeña “ranchería” que salió del control del Estado. Es una de las ciudades más importantes de Guerrero y lo que ahí acontece está determinado, en parte, por el conjunto de actores políticos y militares que operan en la zona para sostener la vida económica -legal e ilegal- de esta importante región, no sólo para la entidad, sino para el comercio mundial.
[1] Según The Mexican Monitor los grupos son: Ejército Popular Revolucionario (EPR), Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos, Movimiento Armado Revolucionario Ricardo Flores Magón, Milicias Insurgentes Ricardo Flores Magón (MIRFM), Ejército Revolucionario de Insurgencia Popular (ERIP), Ejército Popular Magonista de Liberación Nacional (EPM-LN), Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP) [http://themexicomonitor.com/].
[3] (Ver informe de Obama citado más adelante).
El suelo sobre el que acontecieron los crímenes de Tlatlaya e Iguala es el de un país que atraviesa una crisis general. El complejo sistema de dominación que ha logrado imponer presidentes por la vía de golpes de estado “técnicos” atraviesa una crisis de legalidad y de legitimidad, no sólo de sus actores políticos sino del conjunto de formas y aparatos que sostienen el modelo imperante. Se trata de una crisis del régimen en su conjunto y no sólo del presidente. Sus márgenes para recuperarse son limitados. No sólo por la torpeza gubernamental, sino por el desgaste de las instituciones, las pugnas inter-oligárquicas en curso y las dificultades para superar el estancamiento económico.
La imposición de Peña Nieto fue una jugada mayor de los intereses geopolíticos dominantes sobre México. Se trató de un avance en el control del país por Estados Unidos y sus fuerzas aliadas que vieron como innegociable e impostergable avanzar en el desmantelamiento total del cuerpo Constitucional para consumar el saqueo de bienes y recursos que les resultan necesarios para su sostenimiento como bloque y para hacerle frente a la expansión del bloque China-Rusia.
Por su parte, la oligarquía y los partidos que operan para ella se plegaron al plan injerencista, aunque con algunas fricciones. Su primera hoja de ruta fue el Pacto por México, lo cumplieron como se les indicó. [4] Se reformó primero la Ley Federal del Trabajo (aún en el gobierno de Calderón), luego se implementaron las reformas educativas, fiscal, de telecomunicaciones, entre otras, para avanzar en la liquidación de los restos que aún se sostenían del carácter social del Constituyente de 1917. Luego vino la consumación de la reforma energética, que terminó con los escasos candados que le conferían un carácter nacional no sólo a los hidrocarburos sino al subsuelo y suelo patrio, que resultó aún más entreguista con las leyes secundarias que le acompañaron y que vino en conjunto con una ley minera y diversas modificaciones agrarias para permitir la ocupación temporal de tierras ejidales, comunales y privadas. Otra arista de la ocupación necolonial -ligada a la reforma laboral- es la apuesta de alcanzar el “Mexican Moment” por medio de la atracción de la inversión extranjera directa para hacer del país un paraíso maquilador con los niveles salariales más bajos del mundo, aprovechando -especialmente- “la oportunidad histórica” que les da el tener el máximo histórico de población joven ofrecida como “bono demográfico” en el mercado mundial.
Luego de que se aprobó la reforma energética, algunos aventureros editorialistas llegaron a decir que con esta reforma se terminaba el ciclo de privatizaciones. Lamentablemente mucha gente lo repitió y creyó. La entrega del país no terminó, sino que entró en una nueva fase, aún más agresiva y de la que los sucesos violentos de los últimos meses son apenas una muestra de lo que está por venir. Dice John Saxe-Fernández -en ese mismo sentido- que la ruta del terrorismo de Estado no es nueva pero desde Ayotzinapa dio un salto al abismo. [5] Además, hay que tener en cuenta que una vez aprobadas las nuevas desnacionalizaciones, no sólo se cedió la riqueza sino que se entregó un poder inusual para que los actores externos (imperialistas) definan más que los internos el acontecer del país y que seamos -los que habitamos el país y quienes tienen que atravesar el territorio nacional como las y los migrantes centroamericanos- más vulnerables a ser víctimas de los intereses y las pugnas de las grandes potencias.
A pesar de que consiguieron imponer el paquete de privatizaciones más ambicioso desde Zedillo, su legitimidad, al igual que la economía, viene en picada. La caída de los precios del petróleo los mete en grandes aprietos. Incluso las medidas para “sanar” la imagen del gobierno, tras Ayotzinapa, no han funcionado; sus medidas de respuesta a la crisis son irrisorias, su imagen día a día se desgasta más, mientras se muestra el lado rabioso de un presidente a la defensiva. Las pugnas inter oligárquicas se asoman en el enfoque que los medios le han dado a las protestas por el crimen de Ayotzinapa y por las filtraciones por medio de un sitio web no especializado en noticias del caso Tlatlaya (vice.com); por la “Casa Blanca” de la “primera dama”; y por la “sospechosa” licitación en la construcción del tren del Bajío en la que sólo hubo un postor y que, dadas las presiones, tuvo que ser revocada.
La legitimidad de los partidos políticos se derrumbó por completo. Incluso la de los de reciente creación, en especial de Morena, que con la suma de los ataques en su contra y la política de López Obrador -reiteradamente errónea y centrada en su ego- no lograron remontar los señalamientos por la relación del hasta entonces posible candidato de ese partido al gobierno de Guerrero, Lázaro Mazón, con el ex edil de Iguala.
El ejército ha sido sumamente cuestionado. Se alcanzan a percibir fracturas y pugnas por las sanciones en contra de los militares responsables de la masacre de Iguala. La cancelación del desfile militar del 20 de noviembre quizás se debió a una presión del Ejército para no arriesgarse a ser cuestionado por posibles protestas. Las filtraciones sobre la presencia de militares norteamericanos en operaciones de la Marina también constituye un enorme golpe de legitimidad y pone en cuestión la soberanía de la cuál se ufanan los militares. Los cambios en altos mandos del ejército que recién anunció Peña Nieto dan pistas sobre las diferencias en ese sector; así como de las críticas al interior de este cuerpo, por parte del general en retiro Jorge Carrillo Olea. [6]
Sin embargo, es importante resaltar que a pesar de las pugnas, los oligarcas lograron -de común acuerdo- cancelar la posibilidad de consulta y otros mecanismos políticos que se prometían como progresos democráticos y cerraron filas al avanzar en su sueño de prohibir las protestas. Los partidos de oposición contribuyen a simular una democracia, “impugnando” y “denunciando” el autoritarismo, pero son parte de sus principales ejecutores.
En medio de la crisis le apuestan a profundizar la violencia, y empiezan a hablar de sectores que se oponen al bien de México, como les dice el guión escrito en Washington, sobre la creación de un “enemigo interno” para sostener su estado terrorista (actualmente en México se habla de “narcos”, “anarquistas”, “encapuchados”). Siguen en la vía de crear provocaciones—represión en las protestas, como los del 20 de noviembre y 1 de diciembre, al mismo tiempo que golpean “sin ton ni son” a distintos actores. El escarmiento es generalizado no sólo por torpeza de los mandos militares, sino porque en la fase de represión que desarrollan es fundamental golpear indistintamente, no focalizarla sobre un sólo grupo, hacerla extensiva a toda la población para genera terror y fomentar las salidas inmediatistas de grupos “radicales” para crear el consenso en la violencia de Estado como única salida y abortar los procesos sociales profundos (realmente radicales) que pueden convertirse en proyectos de poder antagónicos al suyo.
Ayotzinapa destapó la cloaca. Es posible -así lo han expuesto ya algunas posiciones- que el crimen de Iguala se haya cometido para ocultar el otro crimen de Estado previo [7], el de Tlatlaya. Si fue así, se les salió de control. El conflicto que surgió en esos días en torno a Politécnico fue otra de sus apuestas para ocultar los crímenes previos: no las ocultaron y apostaron al montaje mediático de “diálogo fresco” de Osorio Chong para que el movimiento quedara ahí. A la fecha el conflicto del Politécnico se sostiene y el darle luz a esta lucha para opacar la de Iguala les resultó contraproducente, la masividad de las protestas politécnicas despertó la esperanza y confianza en la gente para tomar las calles. Ahora no tienen cómo parar el descontento. Le apuestan al desgaste, a las provocaciones y su consecuente violencia para imponer el orden, pero sus márgenes de acción son sumamente delicados y de modo inédito crecen las posibilidades de que sujetos populares y ciudadanos puedan posicionarse para luego conducir un proceso de rebelión mayor que rompa, en primer lugar, con los actores liberales que hasta ahora han conducido y neutralizado la inconformidad ciudadana, y, en segundo lugar, avancen en construir un proyecto propio que eche abajo al régimen.
[4] How Mexico ended political gridlock”, The Wall Street Journal, 15 de agosto de 2013 [http://online.wsj.com/articles/SB10001424127887323664204578607713224531972]
[5] John Saxe-Fernandez, “Ayotzinapa: salto al abismo”, La Jornada. 27 de noviembre de 2014. http://www.jornada.unam.mx/2014/11/27/opinion/030a1eco
[6] En especial su más reciente artículo de opinión “Un presidente enojado”, La Jornada, 5 de diciembre de 2014.
[7] Carlos Fazio ha expuesto esta hipótesis. También la Constituyente Ciudadana en su posicionamiento público -el primero- que puso en el centro la demanda de salida de Peña Nieto.
A partir del 11 de septiembre de 2001 Estados Unidos (EE.UU.) desató un nuevo esquema de seguridad hemisférica. Bajo este esquema, todo lo que ocurra en México se atiende como un asunto de seguridad del suelo patrio (Homeland Security). Nuestro país se considera la contiguous defense zone. [8] Desde entonces, a través de distintos mecanismos, acuerdos y tratados se entregó por completo la soberanía política del país. Entre estos tratados está el ASPAN (2005); la Iniciativa Mérida (2008) -que debe entenderse como la aplicación del Plan Colombia a la mexicana -; un Memorándum de Cooperación para prevenir el incremento de la violencia fronteriza, mejorar la seguridad pública bilateral y fortalecer la cooperación conjunta (2013); el Programa Frontera Sur, entre otros.
Al incorporar a México en el perímetro de seguridad del suelo patrio se vulnera la soberanía y la función de defensa nacional mexicana. La meta central del Comando Norte de Estados Unidos es (textual): “adiestrar las fuerzas armadas de México en áreas específicas, necesarias … para transformar a los militares (mexicanos) de una fuerza convencional diseñada para combatir amenazas externas, a un ejército que tiene que enfrentar una guerra irregular donde el enemigo vive entre civiles (sic) (figura del enemigo interno)”. [9] De la “ocupación pacífica” [10] -con la que se operó por cerca de 50 años de violencia contra la población- se pasó a una ocupación directa, una nueva ofensiva imperial que amenaza con hacerse aún más cruda con el pretexto de que vivimos un “Estado fallido”. Altos mandos militares de EE.UU. han declarado que existe “la posibilidad de que en los próximos 25 años, el Estado mexicano ‘se derrumbe´”. [11] Luego de que ellos mismos orquestaron el desmantelamiento de la Constitución y han socavado la soberanía nacional, lanzan su estrategia de propaganda político-militar, anunciando una guerra civil de larga duración hacia el finiquito-balcanización de México, rico en recursos humanos y materiales, como parte del estado de guerra (antiterrorista), sin límite temporal o territorial, que lanzó EE.UU. desde fines de 2001. [12]
Con la nueva doctrina de seguridad y basados en la experiencia (contrainsurgente) adquirida en Afganistán e Irak, el NorthCom declara -al respecto de la estrategia de seguridad impuesta en nuestro país: “[...] trabajamos con las fuerzas armadas de México enfrentándolos con la idea de que el enemigo vive entre civiles y no es un enemigo externo al país, como tradicionalmente se ha formado al ejército y armada”. Por ende, la tarea central consiste en “adiestrar las fuerzas armadas de México en áreas específicas, necesarias [...] para transformar a los militares (mexicanos) de una fuerza convencional, diseñada para combatir amenazas externas, a un ejército que tiene que enfrentar una guerra irregular donde el enemigo vive entre civiles”. [13]
Como parte de esta guerra, el pasado 10 de septiembre Francis Taylor, Secretario de Inteligencia y Análisis del Departamento de Seguridad del Suelo Patrio, anunció que ISIL (Estado Islámico) podría invadir Estados Unidos a través de México, y que posiblemente los cárteles de la droga podrían facilitar la entrada de “yihadistas”. [14] Tras este anuncio los republicanos se lanzaron contra Obama acusándolo por alentar a que los inmigrantes estén cruzando la frontera al no imponer medidas militares más drásticas.
Acto seguido, el 13 de septiembre sale a la luz en The New York Times una crónica sobre una reunión a puerta cerrada en la Casa Blanca momentos antes de que se lanzara públicamente la intensa campaña militar contra ISIL. En la crónica (anónima) de esa reunión refieren a que Obama dijo, como una mofa contra el argumento de Valdimir Putin de “invadir Ucrania para defender a los rusoparlantes” que esto equivale a decir que “Estados Unidos debe intervenir en México para asegurar los enclaves Americanos”. A esto le siguió una pregunta dirigida a Obama, sobre si con eso estaba anunciando planes para invadir México, el presidente del país más poderoso del mundo se rió y dijo: “No, Canadá, porque tiene más petróleo.” [15]
El 14 de septiembre Obama entregó al Congreso de ese país un informe en que alertaba sobre el aumento en el tráfico de drogas ilícitas. [16] En el texto se apunta a México como el principal abastecedor de derivados de opio y amapola y dijo que en sólo cuatro años los decomisos de heroína en la frontera con nuestro país habían aumentado en 324%. Como ya hemos dicho, al referirse a estos datos, Obama se estaba refiriendo a la región de Iguala (que produce el 98% de la droga a la que se refiere Obama “preocupado”) [17], donde 12 días más tarde serían atacados los estudiantes de Ayotzinapa por un comando de narcotraficantes del Cártel “Guerreros Unidos”, que está en pugna con el cártel de “Los Rojos”(según la primera versión oficial).
El 10 de octubre, a trece días de la desaparición de los 43 normalistas, William Brownfield, secretario asistente de Estado de EE. UU. recomendó a México “... mantener las políticas antinarcóticos actuales... el camino es largo, cosa de décadas, generaciones.” [18]
El martes 4 de noviembre se dieron a conocer los resultados de las elecciones de Senadores y Diputados en Estados Unidos. Los republicanos ganaron mayoría en el senado y ganaron muchos espacios en la cámara de diputados. Se trata del mayor triunfo de este bloque desde la llegada al poder de Obama, lo cual anuncia que las iniciativas del presidente se verán condicionadas por acuerdos y cesiones, sobre todo en lo que tiene que ver con política social y política exterior (invasiones y guerras).
A 20 días de las elecciones, el secretario de defensa Chuck Hagel renunció a su cargo. Se explica en medios que se debe a una estrategia de Obama por recuperar su popularidad, a raíz de los fracasos político militares en Ucrania. La corresponsal de CNN en el Pentágono, Barbara Starr, insiste en que fue una renuncia obligada. Hagel se había comportado con reserva sobre las políticas contra ISIL y la operación militar yanqui en Siria. Según Leonid Ivashov, experto en estudios militares de Rusia, es posible que la renuncia responda a un giro belicista pactado entre los bloques Republicano y Demócrata. [19]
El 11 de noviembre, en la página web de la fuerza de ultraderecha Tea Party, se publicó que en los últimos días se habían detectado movimientos “sospechosos de terrorismo” en la frontera con México y que a unos cuantos metros del puente fronterizo de Arizona se encontraron explosivos.
El 25 de noviembre, siete senadores demócratas y siete republicanos enviaron carta a John Kerry para solicitarle que Obama “haga lo que sea necesario para que se aplique la justicia” en el caso Ayotzinapa. [20]
Luego de anunciar la inestabilidad permanente en México, la propaganda militar estadounidense aprovecha la crisis, presionando por el caso Ayoztinapa, para un mayor control del país. En medio de la caída de precios del petróleo; de la incapacidad -hasta ahora- de imponer el Transatlantic Trade and Investment Parternship (TTIP) y el Transpacific Parternship (TPP); de la disputa con Rusia, potencia que no puede doblegar, ni replegarla de la región de Ucrania; de la resistencia kurda, palestina y afgana -acérrima enemiga del imperialismo- que avanza a pesar del terror de ISIL y Al Qaeda; de los fracasos en América Latina (han perdido sus opciones desestabilizadoras en Venezuela y Bolivia, incluso en Colombia, donde a pesar de los choques el presidente Santos sostiene los diálogos de paz con las FARC-EP poniendo orden en las filas militares); de las presiones de potencias económicas por recuperar sus reservas oro hoy guardadas en el Departamento del Tesoro; de la caída de la burbuja del gas y petróleo shale en su territorio; y de las protestas populares tras el asesinato de un joven afroamericano en Ferguson, Missouri, los intereses y grupos internos que sostienen el imperio norteamericano parecen estallar en contradicciones que, sin poner en duda el rol de colonia o protectorado que trazan sobre México, refuerzan la invasión en curso sobre el país y usan la inestabilidad política para golpearse entre ellos y negociar la radicalización de la injerencia.
Siguiendo lo anterior, es posible que los actos militares en Tlatlaya y Ayotzinapa (asumiendo que el batallón de Iguala actuó, al menos, permitiendo el crimen) fueron ejecutados por tropas bajo influencia de mandos norteamericanos. O al menos de esos crímenes se ha sacado provecho en las pugnas entre Obama y el grupo de los Bush, este último histórico aliado del grupo Atlacomulco, para golpear al gobierno de México o algunos de sus actores políticos y justificar más la injerencia militar yanqui. Como ya se dijo, la nota que “destapó” el crimen del ejército en Tlatlaya se hizo a 17 días del crimen desde un medio poco usual para estas notas: Vice (vice.com) [21], un sitio de contenido multimedia para jóvenes de origen estadounidense, asociado a Slim y otros medios liberales en el mundo [22]. Posteriormente, medios que usualmente protegían a Peña Nieto y lo presentaba como “el salvador de México” lo atacan, y unos hasta sugieren que las protestas pueden llevar a su caída. [23] Hasta la revista para inversionistas, Forbes, dedicó un artículo resaltando el aporte de la normal de Ayotzinapa. [24] Se suman a esto las filtraciones por la corrupción en la licitación del Tren rápido Querétaro-DF y respecto a la suntuosa mansión de Angélica Rivera, que van en la misma tónica (¡Ciro Gómez Leyva elogió el trabajo de periodismo de Aristegui en torno a esto en su programa de Milenio el 18 de noviembre!). The New York Times, The Wall Street Journal, The Economist, LA Times y The Guardian (este último de Inglaterra) son de los principales medios que hoy atacan al gobierno mexicano. The Financial Times habló así del gobierno de EPN: “el mismo México de siempre, el México viejo donde las autoridades locales son ineptas, corruptas, o están en convivencia con el crimen organizado, donde la vida es barata y la justicia difícil de alcanzar” [25], The Economist criticó las débiles medidas tomada por Peña Nieto y dice que ha perdido el rumbo. [26] The Wall Street Journal reveló que un cuerpo de alguaciles opera en México con uniformes de la Marina y con armas locales. [27]
Sin embargo, a pesar de esos golpes, el gobierno de México, uno de los países que más gasta en lavado de imagen a nivel mundial, [28] en lo que respecta a diplomacia efectiva, no ha perdido nada. Los gobiernos del mundo, en especial de la Unión Europea, al referirse a la crisis que vivimos, se plegaron al guión escrito por la Secretaría de Relaciones Exteriores. Y por su parte, el Banco Mundial anunció un préstamo de 350 millones de dólares para el programa Prospera (antes Oportunidades). [29]
La recientes medidas anunciadas por Peña Nieto, como la inversión en infraestructura en el sureste y en especial en Guerrero, el Istmo y Chiapas, la centralización de los mandos policiacos militares, la construcción de una base militar en Teloloapan y el endurecimiento de la represión se apegan a los dictados de Washington.
Sin duda, aunque le estalló a Peña Nieto una crisis a tan sólo dos años de su gobierno, en ese periodo logró consumar un programa de desnacionalizaciones sumamente ambicioso, quizás sólo comparable al de Ernesto Zedillo, en el que ocurrieron las masacres de Aguas Blancas, Acteal, El Charco, El Bosque y Los Plátanos. Así, quizás habría que pensar el binomio desnacionalización-masacres para poder comprender los sucesos de Tlatlaya e Iguala. En ese sentido, Sergio González Rodríguez (premio Anagrama de Ensayo) dice en su libro Campo de guerra, que el surgimiento del paramilitarismo podría considerarse una derivación informal de la Iniciativa Mérida [30] y que: “La meta es acrecentar la inestabilidad en México -se explica en Campo de guerra-, para imponer el Estado “fuerte” y la misión de que México actúe como gendarme de la región al sur de Estados Unidos, Centroamérica y el Caribe. El país del norte requiere que México provea la mano de obra más barata del mundo para su industria maquiladora: la mayoría de las exportaciones son para el mercado estadounidense y millones de mexicanos trabajan allá. El caos, el desastre educativo y la imposición de la barbarie (armas, droga, violencia, explotación masiva) terminan por ser redituables dentro de la geometría asimétrica de México con sus vecinos del norte. La ilegalidad es un gran negocio global. Estados Unidos lo patrocina con la máquina de guerra como plataforma económica: la urdimbre turbia”. [31]
Incluso, es posible que en los altos mandos del Imperio ya se esté discutiendo la posible caída de Peña Nieto. Y no cejan en buscar utilizar perversamente la inconformidad popular en un sentido injerencista, ya sea para detonar una rebelión a modo (como las revoluciones de colores, las iniciativas de Gene Sharp o las rebeliones en Medio Oriente) o, en otro sentido, fomenten un choque y alzamiento popular a fin de resolver las tensiones por la vía de la represión descarnada y de un baño de sangre ejemplar y/o permanente.
 
[8] En especial la zona norte que también es llamada el soft belly de su país. Jorge Carrillo Olea (2014). “El suave vientre mexicano”. La Jornada. México. 2 de septiembre de 2014.
[9] John Saxe-Fernandez, “México en riesgo”, La Jornada. México, 16 de octubre de 2014. [http://www.jornada.unam.mx/2014/10/16/opinion/028a1eco]
[10] Denunciada por José Luis Ceceña en México en la órbita imperial. México, El caballito, 1970.
[11] El Universal, 24/1/09. Se indica que los escenarios del Comando de Fuerzas Conjuntas del DoD, ubican a México “en el contexto mundial de los estados débiles, cuyo fracaso puede presentar ‘desafíos muy serios’ a los planificadores estratégicos y operacionales de la fuerza militar de EU” (ibíd.) [John Saxe-Fernandez, “El silencio del Pentágono”, La Jornada, México, 29 de Enero de 2009].
[12] John Saxe-Fernandez, “México en riesgo”,op.cit.
[13] Ibíd
[17] Enrique Krauze cita también este dato vertido por Obama en su texto “Mexico´s barbarous tragedy” en The New York Times [http://www.nytimes.com/2014/11/10/opinion/enrique-krauze-mexicos-barbarous-tragedy.html].
[18] John Saxe-Fernandez, “México en riesgo”, op.cit.
[20] La iniciativa fue del senador Robert Menendez, uno de los posibles candidatos republicanos a competir con Hillary Clinton la Presidencia de EE.UU.http://www.proceso.com.mx/?p=388950
[28] Tan sólo en 2013 la presidencia de la República gastó 10 millones 386 825 dólares en 2013 en cabildeo y promoción turística, colocándose en el quinto país que más gasto, sólo por debajo de los Emiratos Árabes Unidos, Alemania, Canadá y Arabia Saudita. Dolia Estévez, “Gobierno de EPN gastó 10.3 mdd en 2013 en ‘lobbying’”, 16 de mayo de 2014. Disponible en: http://goo.gl/PRqyVX
[31] Ibíd.
En la segunda parte de este texto La resistencia y las alternativas desde los pueblos profundizaremos sobre los retos que abre este escenario tan complejo. Partimos de asumir que aunque cuentan con una poderosísima fuerza, los sectores dominantes sólo escriben una parte de la historia, la otra parte, la que corresponde a los pueblos es de la que hablaremos en la segunda parte, y sin la cual, el momento actual sólo podría ser el de un horror sin fin.
El mapa tiene 3 niveles de zoom. Puedes acercar el mapa dando doble clic sobre el fondo del mismo o ya sea utilizando la rueda de desplazamiento de tu mouse para acercar o alejar. También puedes utilizar la herramienta de despalzamiento y zoom ubicada en la parte superior izquierda de la pantalla.
Para desplegar las capas de información haz clic en el ícono , ubicado en la parte superior derecha del mapa. A través del panel de capas puedes cambiar la capa base y activar o desactivar las capas superpuestas. Es recomendable que algunas capas se activen separadamente de otras de su mismo tipo, por ejemplo las relacionadas con la tasa de homicidios.
Algunas de las capas de información despliegan información adicional pasando el cursor por encima de sus elmentos distribuídos en el mapa. Las capas que tienen esta funcionalidad son: "Municipios con erradicación de cultivos de amapola (dic 2000 - mar 2011)", "Batallones y bases militares", "Minas de oro y otros elementos", "Presas existentes", "Proyectos de presas", "Puertos de altura y cabotaje" y "Localidades de estudio".
Todos los paneles son ocultables o minimizables a través de los botones ubicados la parte superior derecha de los mismos.

Leyenda

Tasa de homicidios dolosos a nivel municipal (2011, 2012, 2013 y 2014*)
  • 0-10
  • 10-25
  • 25-50
  • 50-100
  • 100-150
  • Mayor a 150
  • Concesiones mineras de oro vigentes a 2014
  • Minas de oro y otros elementos
  • Batallones y bases militares
  • Puertos de altura y cabotaje
  • Presas existentes Presas proyectos
  • Muncipios con erradicación de cultivos de amapola de diciembre de 2000 a marzo de 2011. Círculo menor: 0.12 has. Círculo mayor: 6152.1935 has.

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