Cuernavaca, Mor.- Ana Karen Huicochea Garduño, de 17 años, y Eduardo Villalobos Villanueva, de 23 años, se conocieron en 2011 a través de un juego de XBox que se conecta a Internet. Luego de unas semanas de amistad a través de las redes sociales, Eduardo comenzó a viajar a Cuernavaca desde el estado de Jalisco a visitar a Ana Karen.

Los dos jóvenes se hicieron novios con el tiempo, el llegaba a visitarla los domingos en la mañana y se iba el domingo por la noche, Eduardo se mostró ante la familia como una persona atenta y decente y nunca dio muestras de peligrosidad, incluso algunas veces se le permitía quedarse en casa ya que viajaba desde lejos.

La relación duró un año y medio hasta que Ana Karen decidió terminar con Eduardo ya que había cosas que no le gustaban y no quería seguir con él, además de enterarse que éste le había robado sus cuentas de redes sociales y su correo electrónico. Eduardo supuestamente era ingeniero en sistemas computacionales.

Durante cuatro meses, a través de mensajes de texto y las redes sociales Eduardo le insistía en que regresara con él. Le hablaba, le mandaba detalles como flores, hasta que la madre de Ana Karen le pidió a su esposo que interviniera y hablara con el muchacho para que dejara de molestarla.

Un día Ana Karen habló con su mamá sobre Eduardo y le dijo que sentía miedo de él, ya que la había amenazado de muerteEste tipo loco me va a matar”, le dijo, pero su madre le contestó que no había motivo alguno para que él le hiciera eso, “ya hablé yo con él, te va a dejar en paz”, le dijo.

Pero el domingo 9 de diciembre, Eduardo llegó a visitar a Ana Karen procedente de Guadalajara y fue ahí que la madre de la menor lo enfrentó y le dijo nuevamente que dejara en paz a su hija, que ella ya no quería seguir con él, que no le hiciera daño y él le contestó que no le haría nada, que sólo quería verla y platicar con ella.

Ana Karen, su madre y su hermano, fueron a comer ese día al centro de Cuernavaca, junto con Eduardo y por la noche lo acompañaron a la terminal de Estrella Blanca, porque según Eduardo, “ya había comprado su boleto y ya se iba”, dejándolo en ese lugar, sin mayores problemas.

Con la certeza de que ya se había ido, Ana Karen, su madre y hermano se retiraron a su domicilio, pero el martes siguiente los padres de ella se enteraron que Eduardo seguía en Cuernavaca y buscaba a su hija, por lo que optaron por llevarla a otra casa que ellos pensaban que Eduardo no conocía.

LA ENCUENTRA EN UN CHARCO DE SANGRE

Sin embargo el miércoles 12, alrededor de las 16:00 horas, Ana Karen le envió un mensaje al teléfono de su mamá, preguntándole que “¿Quién le había dado el domicilio de ella, porque Eduardo estaba ahí”?, mismo que por cuestiones de su trabajo su madre no vio inmediatamente.

Minutos después sonó el teléfono con otro mensaje y fue cuando su madre se dio cuenta, en el segundo mensaje su hija sólo alcanzó a escribir “mamá”, por lo que acudió de inmediato al domicilio encontrando las puertas abiertas, por lo que se dirigió hasta el comedor y encontró a su hija tirada en un charco de sangre.

Inicialmente en medio del dolor y la desesperación la mujer creyó que Eduardo sólo la había herido a golpes, hasta que minutos después descubrió un casquillo de bala y vio que en la espalda su hija tenía un orificio de bala. Eduardo la había matado de 3 balazos con un arma calibre .45.

Eduardo borró todas las fotografías de la red social Facebook de la joven y como le había robado todas las cuentas de sus redes sociales incluso su correo electrónico, borró todo rastro de su identidad y paradero.( Nota del Blog : no tiene ninguna gracia recuperarlas facebook guarda todos esos datos en un servidor :AGUAS)
Posterior al homicidio, Eduardo, huyó del lugar, abordó un taxi y se dirigió a la terminal de autobuses de Indios Verdes en la Ciudad de México, donde huyó hacia un pueblo de Querétaro, según investigaciones hechas por la propia familia de la joven. (Hicieron el trabajo de la policia de gobernador Graco Ramírez Abreu de MORELOS

Los padres de la joven inmediatamente proporcionaron a los policías ministeriales un video de circuito cerrado del fraccionamiento donde se encontraba Ana Karen y donde aparece Eduardo, teléfonos celulares, de su casa, oficina y direcciones en Guadalajara, la media afiliación del homicida y la localización por GPS de su computadora, pero esto de nada sirvió por que la Procuraduría del Estado se negó a actuar, argumentando que “mejor esperarían a que saliera la orden de aprehensión”.

La citada orden de aprehensión contra Eduardo Villalobos Villanueva, de 23 años, se obtuvo al día siguiente del crimen, pero pese a ello los oficiales no fueron por el presunto asesino, argumentando que “la Procuraduría no tenía recursos para cubrir esos gastos”, habiendo trascendido que “sutilmente” le indicaron a los familiares que se necesitaban 7 mil pesos para hacer el viaje a Guadalajara y detener el homicida.

Los padres de la joven ofrecieron el dinero del gasto del viaje con tal de que se detuviera al homicida, pero a cambio exigieron resultados y por ello, el fiscal se desistió y mejor les dejó entrever la importancia de conseguir la relación de las últimas llamadas hechas y recibidas del teléfono del asesino y de Ana Karen.
Les dijeron que si conseguían oficialmente los registros de las llamadas se tardarían un mes, pero que si los interesados los apoyaban económicamente, las conseguirían en unos cuantos días, pero que había que pagar “2 mil pesos”, mismos que los agraviados entregaron, pero ni así se logró nada.

PIDEN A AUTORIDADES CUMPLIR CON SU DEBER

A 22 días de cometido el crimen, luego de que con todo y que ellos desde las primeras dos horas tras cometido este, dieron a conocer la identidad del asesino, su número telefónico, su ruta y forma de escape y en qué pueblo se había refugiado y no hicieron nada por capturarlo, hicieron públicos los datos y la fotografía de Eduardo Villalobos Villanueva, para que se boletine en los estados del país, y se le detenga.

Por toda esta situación, urgieron a las autoridades gubernamentales a revisar a fondo la actuación de los funcionarios de la Procuraduría General de Justicia, para obligarlos simple y sencillamente a que cumplan con su deber, “procurar justicia pronta y expedita, sin más dilaciones ni pretextos”, ya que destacaron que el propio fiscal, Julio Ernesto Silvar, les dijo que “no podía hacer nada, que estaba atado, por la burocracia”.

Sin embargo, a raíz de las primeras denuncias hechas la semana pasada en algunos medios de comunicación, el fiscal y sus agentes ministeriales, se decidieron a “tratar de cumplimentar la orden de aprehensión en Guadalajara, el pasado fin de semana”, pero “sólo fueron a confirmar domicilios de Eduardo y su familia” y regresaron con las manos vacías, diciendo que “no había nadie en esos domicilios, porque al parecer habían salido de vacaciones”.

Ante esto, la madre de la menor alertó a las autoridades sobre el riesgo de que el asesino de su hija esté libre, pues recalcó que “se trata de un tipo peligroso, que puede estar poniendo en riesgo la vida de más jovencitas, sólo porque aquí en Morelos unas autoridades no saben o no quieren hacer su trabajo.

“Yo sé que no va a revivir, pero podemos evitar que este tipo lastime a otras niñas, puesto que por medio de la red social del Face, un niño se comunicó con una de mis sobrinas y le dice que este tipo también ya había amenazado a una hermanita de él… entonces qué podemos esperar, que engañe a otros papás, que engañe a otras niñas”, apuntó.

Insistió en las irregularidades de la Procuraduría estatal, “...si nosotros como familia proporcionamos absolutamente todos los datos, direcciones, ubicaciones, cómo es posible que nuestras autoridades no hayan actuado”.